Pocas personas conocen su propio cuerpo tan bien como Betty Doyling, entrenadora personal de Warwick (Bermudas). Dicho esto, lo último en lo que podía llegar a pensar Betty era en un tumor hipofisario. George A. Scangas, MD, cirujano de senos paranasales y base de cráneo de Mass Eye and Ear, junto con el Centro Clínico de Tumor Pituitario y Neuroendocrino de Mass General de Massachusetts General Hospital pudieron evitar que el tumor le arruinara la vista.
Según el Dr. Scangas, aproximadamente una de cada 10.000 personas desarrolla un tumor hipofisario a lo largo de su vida, lo que lo convierte en uno de los tipos más frecuentes de tumores cerebrales. La glándula pituitaria, del tamaño de un guisante, se encuentra en un estrecho espacio a lo largo de la base del cráneo, justo detrás de los senos nasales y entre los ojos. Aunque es diminuta, la glándula se encarga de regular las hormonas vitales para el crecimiento, la tensión arterial y la reproducción.
En la mayoría de los casos, los tumores hipofisarios son benignos. Sin embargo, se vuelven peligrosos si crecen demasiado y presionan el nervio óptico, poniendo en peligro la visión. Al descubrir el tumor de Betty, los médicos de las Bermudas intentaron reducirlo con medicación. Ocho semanas después, el tumor no se había reducido y empezaba a presionar el nervio.
Como entrenadora personal, Betty no podía permitirse perder la visión y la capacidad de concentrarse en sus clientes. También sabía lo debilitante que puede ser la falta de visión, ya que su madre era legalmente ciega.
Los médicos tendrían que extraer el tumor del centro de la cabeza de Betty para que su vista no sufriera daños. Sólo había un problema: ningún médico de las Bermudas podía realizar el sofisticado procedimiento endoscópico necesario para la extracción. Afortunadamente, su endocrinólogo, Andrew Jamieson, MRCP, PhD, conocía el mejor lugar al que acudir.
"Me dijo que, si él tuviera este tumor, Mass Eye and Ear y Massachusetts General Hospital serían los únicos lugares a los que iría para tratarse", cuenta Betty. "Antes de que me diera cuenta, tenía el vuelo reservado y una fecha prevista para la operación".
Los cirujanos tienen poco margen de error al extraer un tumor hipofisario. La hipófisis está demasiado cerca de las estructuras críticas, como el nervio óptico, las arterias principales y el cerebro, por lo que los médicos no se pueden desviar ni un milímetro. Un movimiento equivocado podría provocar problemas de visión, daños en la base del cráneo o, en casos extremadamente raros, hemorragias incontroladas y derrames cerebrales.
Entonces, ¿cómo puede un cirujano extraer con seguridad un tumor hipofisario de la cabeza de alguien? Por la nariz. En un procedimiento mínimamente invasivo denominado cirugía transesfenoidal anterior de la base del cráneo. Un rinólogo utiliza un endoscopio para abrir el seno para que un neurocirujano pueda extraer el tumor de la base del cráneo. Tras la extracción, el rinólogo repara la base del cráneo, que mantiene el cerebro separado de los conductos nasales y sinusales.
En el Centro Clínico de Tumor Pituitario y Neuroendocrino de Mass General, el Dr. Scangas y el neurocirujano Brooke Swearingen, MD realizan estos complejos procedimientos con regularidad para garantizar resultados óptimos. El centro ofrece un enfoque integrado a los pacientes con trastornos hipofisarios e hipotalámicos, reuniendo la experiencia de más de 20 médicos especializados en neurocirugía, endocrinología, neurología y radiología en Mass General, y rinología en Mass Eye and Ear. La experiencia y la familiaridad entre cada médico del centro es lo que hace que estos complicados procedimientos sean bastante rutinarios.
"Cuanto más se trabaja con un co-cirujano específico, más se agiliza el proceso, especialmente con un procedimiento tan complejo como la cirugía anterior de la base del cráneo", dijo el Dr. Scangas. "Los neurocirujanos de MGH y los rinólogos de Mass Eye and Ear tienen una relación increíble. Nuestra experiencia y el trabajo en equipo marcan una gran diferencia en la atención de nuestros pacientes y es un punto fuerte del sistema Mass General Brigham".