Jesús Maradiaga y Teresa Barahona, esposo y esposa, son originarios de El Salvador y ahora viven en Massachusetts, Estados Unidos. En su país, Jesús se dedicaba a la agricultura y Teresa a un negocio de restaurante.
En 2018, Jesús comenzó a sentir dolor en su rodilla derecha. Como el dolor continuaba, decidió buscar una opinión médica en El Salvador. Durante su visita al médico, Jesús recordó que estaba preparado para someterse a una cirugía de rodilla, pero en cambio recibió un diagnóstico que no esperaba: enfermedad renal. Tras el diagnóstico, Jesús y Teresa trataron primero de entender su enfermedad. A continuación, buscaron opciones de tratamiento en El Salvador y en el extranjero. Tras su investigación, decidieron que la mejor opción para él era Massachusetts General Hospital, en Boston, EE. UU.
El comienzo de la enfermedad renal
Jesús Maradiaga, ávido jugador de fútbol en El Salvador, su país natal, sintió un dolor inusual en la rodilla durante un partido amistoso. Como el dolor persistía, decidió reservar una consulta con su médico de atención primaria. Cuando su médico observó otros indicadores de una posible enfermedad -incluidos cambios en los ojos y la piel-, Jesús fue enviado inmediatamente a hacerse un análisis de sangre.
Al revisar los resultados, el médico informó a Jesús de que tendría que someterse urgentemente a un tratamiento de diálisis. Pronto le diagnosticaron insuficiencia renal. "El diagnóstico me dejó en estado de shock. No parecía real, ya que no tenía ningún otro síntoma,” dice Jesús. Otros síntomas de la enfermedad renal pueden ser fatiga, dificultad para respirar y náuseas.
Ante un diagnóstico inesperado, Jesús y su familia se tomaron un tiempo para entender su enfermedad y los tratamientos disponibles en El Salvador. Tras investigar, decidieron que la mejor opción para él era acudir a Mass General.
Poco después de su primera cita, el equipo de nefrología de Mass General confirmó que padecía insuficiencia renal y recomendó un tratamiento de diálisis a largo plazo. Jesús recuerda que fue muy duro oír la noticia, pero se comprometió a seguir el tratamiento de diálisis en el futuro inmediato.
Como hispanohablante nativo, Mass General se aseguró de que un intérprete médico del Servicio de Intérpretes Médicos de Mass General estuviera disponible y presente durante todas las visitas y procedimientos.
La esperanza de un trasplante
Jesús se sometió a tratamiento de diálisis durante aproximadamente dos años, durante los cuales recuerda sentirse débil y letárgico. Fue la idea de un posible trasplante lo que lo mantuvo motivado y con esperanza para el futuro. El equipo de trasplantes de Mass General le informó que la donación en vida sería la mejor forma de recibir un nuevo órgano. Aunque numerosos amigos y familiares se ofrecieron como voluntarios para ser examinados como posibles donantes vivos, ninguno lo consiguió.
"El mayor obstáculo es encontrar a una persona que pueda donar,” afirma Nahel Elias, MD director quirúrgico de trasplantes de riñón de Mass General y cirujano de trasplantes de Jesús. "Encontrar la compatibilidad perfecta no es el problema; es encontrar a una persona que esté lo suficientemente sana para donar.” Para todos los pacientes que, como Jesús, padecen una enfermedad renal, el Dr. Elias afirma que la donación en vida es la opción de tratamiento preferida frente a la diálisis y la donación por fallecimiento, ya que el órgano es más sostenible.
Al principio, la familia no tuvo en cuenta a Teresa, ya que tenía un grupo sanguíneo diferente. Sin embargo, su determinación para ayudar a su esposo los llevó a considerarla como posible donante.
"Desde el principio del diagnóstico de Jesús, me comprometí plenamente a donarle mi riñón. Verlo pasar por la diálisis no hizo más que reforzar mi decisión y el impacto que tendría mi donación de riñón. Ni siquiera lo pensé dos veces,” dice Teresa.
Para participar en un intercambio de riñones, Teresa tuvo que confirmar primero que cumplía los requisitos para ser donante, lo que implicó varias rondas de pruebas exhaustivas, análisis de sangre y reuniones con un trabajador social defensor del donante vivo. Al final, se consideró que estaba sana y se aprobó su donación; sin embargo, era incompatible con Jesús. El equipo de trasplantes de riñón de Mass General recomendó que participaran en un intercambio de riñones emparejados.
"La mayor equivocación sobre la donación en vida es que hay que ser perfectamente compatible con el receptor,” afirma el Dr. Elias. "En realidad, no hay que ser perfectamente compatible, solo estar sano.”
Mass General los inscribió en la lista de espera del Programa de Intercambio de Riñones Emparejados de UNOS, que trabaja para acelerar los trasplantes en pacientes con anticuerpos del grupo sanguíneo u otras incompatibilidades con sus posibles donantes vivos. A través de este programa, Teresa donó su riñón a un receptor desconocido, mientras que Jesús recibió un riñón de un donante desconocido como parte de un intercambio.
En cuanto a Jesús, la esperanza que lo había motivado durante dos años se hacía realidad.